JULIO ACUÑA (Homenaje póstumo)


Traído a colación por
Las Afinidades Electivas
G. A. Chaves


Vida y milagros
Julio Acuña Agüero nació en 1973. Periodista, promotor cultural, poeta y viajero. Trabajó en el Centro de Cine y co-dirigió junto al poeta nicaragüense Alonso Mejía el diario La Nueva Prensa. Recibió los premios "Arturo Agüero", "Región Brunca" de la Universidad de Costa Rica y el premio de poesía de la Revista Nacional de Cultura. En el 2006 publicó el poemario Ontología menor con Ediciones Andrómeda. Su trabajo fue difundido en diversas publicaciones nacionales y extranjeras, y su poesía apareció en varias antologías. A su muerte, trágica y lamentablemente acaecida el 19 de junio del 2008, dejó a punto de publicación el poemario Museo de espejos. "Julio Acuñaescribió el poeta Esteban Ureña en su reseña de Ontología menor nos trae a la mente a otro poeta de intensa relación con la vesania, esta vez de Lisboa, y nos ofrece un pequeño hueco, uno más, para nuestro conocimiento (...): “En una habitación pequeña / Ricardo Reis no perdona el tiempo. / Ventana hacia media ventana, / un fragmento de cielo solo, / como sus odas”."


Poemas

DICIEMBRE

A Emiliano Arriaga


Como si no hubiera música,
mariachi ciego

con madre en brazos,
en esquina de piso cuadrado.
Pero no se trataba de eso:
el jazz impartido
por un mexicano
nacido con Zapata
enfrió más...
El mes en que algunos piensan
morir en alcohol,
en pedirle una rubia* a la flaca,
el lenguaje me hizo polisémico:
diciembre, mi vanidad (¿navidad?)
navega sin puerto,
navidad en flor...
entra el sol (Kinich-Ahau)
por el tallado de una puerta.

*cerveza




CONTEMPORÁNEAS

Pequeño dios

Pasa un equipo de fútbol.
El que grita más se ve feliz,
se burla de los otros.
- Me gustaría juzgarlo.
- No juzgarás.
Pero tropieza.



Crítica destructiva

No me gusta la policía:
¡paca sucia!
Hoy robo
frases de la calle
y atado al poste
versifico.


Dictamen falso

Accidentarse es buscar
el contacto.
No sólo es el instante
del golpe,
son estas ojeras de luz,
el aborigen que fui,
mi tierno esqueleto
rentado al dios.




ENCARCELADO EN EL POYO DE UN PARQUE
(PENSANDO EN BRODSKY)

Demasiado viento.
Poco viento.
Quedarse sentado
es actuar. Completar
la frase no dicha,
el silencio. Luego vendrá
una operación mental,
lingüística. Mil instantes
de vagabundo por los que
sólo el viento ha cruzado.
Nadie más que conozca.
Me dictan. Hacen de mí
un autómata agonizante
o agónico. A veces me suenan
bien las palabras y concluyo
la frase, son viento, o sueñan
bien las palabras, soy necio.
Alguien me dicta. Desafío al
viento. Mueve papeles hacia
el alba. – ¿Qué quiso decir con eso?
¿Que no se acaba el viento…?




DIVAGACIÓN

Ve la mirada
de las niñas
descubre tu última
vocación absoluta
no comprenderás
nada de los grandes
la psicología moderna
no te cubrirá
-de nada sirve-
Súbete al árbol
ve con ellas
al naranjo en flor
la explosión
Reducirás tu edad
te abrazará su olor



SIN TÍTULO. DE BALTHUS.

Las piernas flechadas
destronan el rojo rastro
en las mejillas.
Alguien al ver la escena
desatiende el pudor
tembloroso
que lo impide.



ARRABAL

Llovió coléricamente
por el lado no cardinal
de la casa.
Los tablones se mojaron
hasta potenciar un ensamble acuoso
con la tierra de los rincones
tan humana por sus restos.
¿Cuánto aprender del diluvio
y si nos será posible la espera ahogada?

Ya en otro cuento y su atavismo,
novísima esperanza dando tumbos.

La Lucha de Río Jiménez, Guácimo, Limón

(Poemas del libro Museo de espejos, en prensa.)