MELVYN AGUILAR


Traído a colación por
Alfredo Trejos
Luis Chaves
Adriana Jiménez Quesada


Trae a colación a
María Montero
Armando Rodríguez Ballesteros
Américo Ochoa
Leonardo Villegas
Osvaldo Sauma
Diego Montero
Karla Bolaños


Vida y milagros
Nace en San José, Costa Rica, un 2 del 11 de 1966. En 1987 ingresa a la Faculta de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica donde cursar la carrera de sociología. En 1988 funda junto a dos jóvenes poetas; (Sergio Barbosa y Claudio Sánchez) el Anti-Taller-Anti . En 1992 participa junto a un nutrido grupo de escritores (David Maradiaga, Alejandra Castro, Patrick Cotter, Meritxel Serrano, Mauricio Molina, Claudio Sánchez, Diego Montero, Juan Carlos Murillo “Murdok” e Isaac Rojas, entre otros) en la fundación del Colectivo Octubre Alfil 4. En 1994 participa del Colectivo Voz Urbana. Su obra poética publicada consta de un único libro: Territorios Habituales (Editorial Arboleda). Algunos de sus trabajos han sido publicados en distintas revistas nacionales e internacionales. En el Anuario de Arte Costarricense, a principios de los años noventa, publica junto al poeta peruano Leo Zelada un trabajo experimental a dos voces: 4 Sofismas para un Cangrejo. Poemas suyos aparecen en la revista Los Amigos de lo Ajeno, es incluido por el poeta colombiano Armando Rodríguez Ballesteros en la antología Lunada Poética, poesía costarricense actual, de la Editorial Andrómeda. También fue incluido en la antología de poesía contemporánea costarricense Sostener la Palabra (Editorial Arboleda), y en la antología Noches de poesía en El Farolito (Editorial Perro Azul). Tiene inéditos trabajos como: Malena y el Silfo (Malversación del Paraíso), Anotaciones para Klelia, Kaldunia, Poemas de servilleta, Poemas compactos para un público exigente y Cantata Ebria para Octubre, entre otros. Además de su actividad literaria, Melvyn Aguilar se ha dedicado a trabajar con organizaciones ecologistas, comunidades campesinas e indígenas y organizaciones de base. Entre 1991 y 1995, trabajó con la Asociación Ecologista Costarricense AECO/ 1996-1997 con la Asociación Ecologista de Cogestión Comunitaria. -AECCO-. / 1998-2003 Miembro del equipo técnico de la Mesa Nacional Campesina / 2005- 2006 Consultor para el Convenio -PDR-COOPEORTEGA en el marco del Programa de Turismo Rural Comunitario de la Cooperativa Autogestionaria de Ortega R. Actualmente se desempeña como consultor independiente en gestión de proyectos de desarrollo rural comunitario y es colaborador de la Editorial Arboleda.


Melvyn dixit
"En el principio hubo un Paraíso y legiones de poetas insurrectos lo abandonaron por estar en desacuerdo con la métrica divina, y acaso, fueron demonios desde entonces, hoy cuando el mundo ha dejado de ser el Edén el poeta vuelve a su origen de ángel, deja las antorchas, las hogueras, deja el ron, sale del bosque, revolotea sobre las distintas dimensiones de un mundo, las reconoce, y atina a saber, que no es ni Edén, ni Paraíso y que nunca lo fue, que él, no es ni ángel ni demonio, sino ambos. El creador tiene el extraño privilegio, ir de aquí para allá, baja al Inframundo a sustentarse, sube al Supramundo a nutrirse, el creador tiene esa doble dimensión, no se esconde, viaja, se desplaza y en tanto; captura, aprehende, interpreta, crea y dice. La única batalla que debe por lo tanto enfrentar, es el acto mismo de crear."


Poemas


NO DUERME ESTE CORAZÓN

A Osvaldo Sauma

“...Tú que, como una cuchillada,
has entrado en mi corazón quejumbroso...”
Charles B.

Este es mi corazón,
está donde siempre,
tañendo,
ladrándole a la Makkah,
alerta, como un San Jorge,
atento a la abeja y al reptil.

He aquí a este mi corazón arándano
dispuesto a la noche de las careyes,
al néctar de Melisa y a vos.

Es viejo este corazón
y sabe por diablo
del molino y sus virtudes,
de púas y paraísos.

no cree en la muerte de los que aman ni en la vida de los
     que no aman
,
más bien, va rezando su rogativa derviche

          la que se ha ido no ha muerto, tan solo está ausente.

No duerme este corazón
de tanta multitud,
no está solo, en su soledad
colma su jarrón Ankara
con una sangre devota
y apuesta a la vigilia,
a la espera de los nudillos que agitan la noche,
presto al alarde
de las Fuensantas que vienen del ayer.

(NOTA: Las cursivas son autoría de los siguientes poetas: Macedonio Fernández, Ramón López Velarde, Osvaldo Sauma y Ramón López Velarde, respectivamente.)






METANODIA
(O rondó de la transmigración)


A Felipe G.

“Bienaventurada la muerte de los dioses
que impasibles, altivos,
fueron creados por nuestros deseos
y se convirtieron en ocios deslumbrantes”.
Cardona Peña

Yo que siempre me despido y siempre me quedo

aquí te dejo a los arpones del capitán Ahab,
la danza macabra de Cazaliz y Saint Saëns
los fragmentos de un mundo con gallos y violines
que nunca más será.

El sepulcro y sus imanes,
su taciturno centro de atracción
donde se honra con moneda
y se agitan soberbios pañuelos
por última vez

Aquí te dejo
hoy, ahora,
el mecanismo secular de la ruleta
y sus pájaros sin corazón,
el ojo trasegador de los aeroplanos
y sus guiños.

Nada más, tan solo eso; mapas, señales,
émbolos y otros mecanismos para el viaje.

La ganzúa de yodo y el pasadizo
por donde los hombres rana de Cardona
descienden a las raíces del abismo.*

Y hoy por hoy,
cuando ya nada queda en pie dentro del cáliz
bueno sería embriagarnos a grados de almirantazgo
exprimir pulpas baratas y beber de su dulcificada anestesia
Junto a pastores sin suerte y capitanes de alas cortas.

(*) Referencia al poema “Monólogo de la Muerte”, de Alfredo Cardona Peña.






CARTA A ISABEL RIMBAUD

Felix qui potuit rerum cognoscere causas
Virgilio

Abigarrado sortilegio el tuyo
Isabel,
esconder la vergüenza ajena, póstuma
con la sinuosa perversidad de las fogaradas
                    - fatuidad, fatuidad -
Habría sido mejor renunciar al apellido
que corretear la historia apagando incendios en los palacios
     de la moral.

Pues no será culpable quien sedujo al mismísimo amor con la
     anuencia de las pocilgas.

Mas, sí quien
perpetuamente enlute,
con un rosario entre las manos y un sátiro, un demonio entre
     las piernas.

Yo sé de tu pecado,
Isabel,
tu vergüenza tenía un nombre.

Y besaba un labio, una mano, un muslo
con la misma sensualidad con que besa una daga
y luego huía y se llevaba consigo todo:
el brillo de la miseria,
los cadáveres anónimos de los juegos imperiales,
el ajenjo verde con el que se embriagan los amantes,
los crucifijos, el marfil, la presunción de los poetas
y aquel ávido mirar de niña
que ahora se esconde tras el encaje fúnebre de la pena


-oOo-