GERMÁN HERNÁNDEZ


Traído a colación por
Alfredo Trejos
Gustavo Solórzano Alfaro


Trae a colación a
Gustavo Solórzano Alfaro
Diego Mora
Byron Espinoza
William Garbanzo
Minor Piedra


Vida y milagros
Germán Hernández. 1974. Tico-Nica. Nación en San José, es Economista y Teólogo, tuvo la dicha de pertenecer al Café Cultural Francisco Zúñiga Díaz al lado del gran Maestro. Cultiva la narrativa y la poesía, ha colaborado en algunas publicaciones nacionales, como no tiene obras publicadas, tampoco las tiene inéditas.


Germán dixit
"La poesía es algo independiente del poema, ocurre misteriosamente, es dialogal. Comienza en el acto solitario de escribir el poema, se desplaza hasta el azar y llega a alguien que puede estar a mil kilómetros y mil años de distancia en el acto solitario de leer y ocurre algo maravilloso: la poesía."


Poemas

EL HOMBRE NEGOCIOS SALE EN VIAJE DE NEGOCIOS

Lo único verdadero
es esta habitación de hotel
y mi valija sobre la cama
mientras pienso en la mía
en el silencio merodeador de San José
y el ronroneo de los gatos

Conforme maduras
y te llenas de dogmas
es necesario recordar
de qué lado del odio te encuentras

Pero lo único verdadero
es la sonrisa del barman
y la brasa en mis labios
cuando tu mano viaja hacia ti
y la mía hacia tu distancia

que pases un lindo fin semana
quizás alcance el tiempo
y el atardecer sobreviva
al último cambio de mantillas

Lo único verdadero
son las tiendas
y los automóviles afuera

si los malos recuerdos
son como tu primer orgasmo
entonces besa la almohada
como si tomaras café
como si saborearas un dulce

Lo único verdadero
ocurrió antes de subir al avión
tropecé con el piloto
llevaba aliento a licor.



LOS MUERTOS DE POSOLTEGA

John Glenn fue el primer norteamericano en órbita
eso ocurrió en 1962, pero antes ya había navegado el cielo
como piloto durante la guerra de Corea en 1954
Cuando John Glenn viajó por segunda vez al espacio en 1998
fue el hombre más viejo en viajar jamás fuera de la tierra
tenía 77 años y absoluta conciencia de su misión.

y es muy posible, que haya visto al huracán Mitch
sobre las costas de América Central
semejante a un pequeño remolino de crema en una taza de café

Desde el cielo, las cosas se ven celestiales

pero abajo en ese momento se derrumbaba el volcán Casita
y sepultaba a toda la comunidad de Posoltega

John Glenn fue el primer anciano en ir al espacio
entre otras razones, los patrocinadores del tour justificaban la inversión
es fundamental saber que le pasa a un viejito cuando está en órbita

mientras que abajo, los periodistas no fotografiaban el cielo
fotografiaban los cadáveres boca arriba de Posoltega
que no podían ver al viejito cosmonauta ni a las estrellas

quizá y algún día la misión de John Glenn
contribuya a erradicar el dolor de espalda en el mundo
y todo se lo deberemos al gran piloto que dejaba caer bombas
sobre las aldeas de Corea allá en la guerra de 1954

Desde el cielo todas las cosas se ven celestiales

y mientras las fotos de los muertos de Posoltega
viajan vía satélite por todo el universo
y mientras los patrocinadores del tour justifican su inversión
la humanidad avanza sin lugar a dudas, sin los muertos de Posoltega.



POEMA DE AMOR A UNA MUCHACHA DESCONOCIDA

Me va a perdonar usted
Pero ya la conocía
Lo supe la primera vez que tropezamos
Entonces pasó algún tiempo que fueron horas o años
Tuvimos la oportunidad de conocernos
De besarnos, de comer juntos
De platicar por largas horas
A contarnos los sueños

Por fin hicimos el amor
Y aunque su cuerpo me resultó
Extraño y temiblemente bello
Sentí que el mío tembloroso
Todavía era digno
Y comenzamos a despertar juntos
Alquilamos un trozo de viento
Nos hicimos promesas
Compramos objetos pesados
En los almacenes
Y colgamos retratos

Pero también tropezamos
Una vez sin darnos cuenta
Y regresaste inevitable
A tus hábitos y a los lugares
Donde sonríes
A los lugares donde tu cintura
se perdía
donde el teléfono nunca
respondió a mis llamadas

Y hubo una última vez
Perdida para siempre
Llegué tarde
Naciste, lloraste
Lejos de mí
No tropezamos
Hablamos con las mismas palabras
Que no comprendimos

Ya tenías un torso conocido
Y nocturno para tu creciente
Miedo a la soledad
Y mis labios no dejaron
Marcas en tus labios
Ni las cicatrices ocultas
De mi derrota.