RODRIGO ARTAVIA


Traído a colación por
Pablo Saborío


Trae a colación a
Marco Fidel Vargas


Vida y milagros
Nacido el 21 de diciembre de 1984 en San José, Costa Rica, esta es la primera vez que publica algo de lo que ha escrito.


Rodrigo dixit
"(...)"


Poemas

CENTROAMÉRICA

Palabra maldita, casa de miedo, callejón ¿sin? salida, traspasaré tus paredes y volaré sobre tus barrios de noche, cantándote, fumándote, bebiéndote para que caigas dormida y aprendas a soñar..., Viejo motor noche y día encendido, eres un párpado gris, la alcantarilla roja de un ojo ciego, el hombro dolorido de una espalda desgarrada; estas calles son la boca hedionda de un vagabundo, esta ciudad, este precario, que también soy yo, cada vez más errante..., Levántate, camina, trabaja, despierta, llama, corre, olvida, diálisis, tos, bosteza, despierta..., toca el otoño, aspira el verano, métete el invierno en tu oficina, toca la secretaría, dialoga, grita; esta ciudad es una puta gratis, deliciosa, que sólo quiere sangre, supurar el amor, dejar correr el placer por los caños; espina dorsal del mundo, fumamos crack en el tubo de tu garganta, fumamos contradicción, guerra civil sin armas, metástasis, osmosis, metamorfosis; receta de pastillas anticonceptivas para soñar…, recorro tus calles indeterminado bajo la lluvia, soy una gota más recién caída de tu sombra, me evaporo en un rincón de tu acera; y es cierto, es cierto lo que dicen, todo es mentira, todo es amor, todo es paz, y realmente es así..., Parto milagroso, huelga de hambre, huelga de amor, sueño en que voy naciendo adentro tuyo como un feto recién concebido y me pregunto que hay allá afuera, del otro lado de tu vientre, y pienso que me has olvidado..., Desnúdate Centroamérica, putita, daría todo lo que tengo, sin balanza, por verte los órganos internos, desnudarte de adentro hacia afuera, quitártelo todo, a la mierda los aretes, las joyas, los anillos de compromiso, sólo uñas, pelos, dientes, sangre corriendo por las venas abiertas de tu cuerpo como savia que recorre los árboles erectos; estrella negra, molusco caribeño, Centroamérica, niña rica, muchos podrán pagarte por una noche, pero nadie puede comprarte.




ASESINATO SIN CRIMEN

Descrito
con esta forma de
no ser yo, ni tú, ni el otro,
como un recuerdo sin memoria,
como un deseo
sin lámpara de Aladino.

Esta es la sonrisa
de mi tristeza alegre,
esta es el alma sin cuerpo,
el ahorro de mis palabras
sin intereses,
el ojo del huracán
de mi corazón tuerto.

Acompañado de ésta soledad
no invitada a la casa,
vencido por el no saber perder ni ganar,
escrito con la sangre de
una doble moral.

Es un asunto
de vida o suerte,
es un no querer ya irse,
es un ya no querer quererse,
es un asesinato sin crimen,
una guerra de paz a muerte.




LONGOMAI

Circense, sumido en la seducción de los malabares y el monociclo, paseo junto a niños que juegan con órbitas de fuego y alturas acrobáticas, probamente fumandor. Una carpa diferente hay para cada día espectacular, una araña volandera teje acostumbrada a la magia y a la noche…, Viajo con mi amigo, fotógrafo taimado y moreno, señor de las percusiones, su dura mano encuerada es la ternura delirante del yembe. Él dice que debe haber un acto exacto que yo pueda ejecutar, un salto con que alcance la luna sostenida en la mirada espectadora; pero, sinceramente, mi desconcentración tempranera, mi temible capa de humo despierto, ejerciendo la gravedad de mis sueños con los ojos prestos hacia arriba, podrían ser un problema, la disfunción de la función… La medida de mi amor es una rueda y para volar y sonreír cada día bastan las bromas de los niños del circo practicadas sobre mi inocencia, cuando nos sentamos a conversar hacia las tardes, y ellos, admiran mis bocetos como una pirueta demasiado inquieta y desmedida…, Pero vamos, llévenme, yo cocino el fuego, yo aplaudo la caída, cada acto desmesurado, cada solo y cada sol. Que mi saludo mágico sea la desaparición de un cuerpo en otra noche sola, y que mi vuelta circense sea encender esta lámpara de fuego. ¿Qué importa que mi dolor sea un aprendiz sobre la cuerda floja, o que el mago desaparezca y luego no pueda rescatarme? ¿Qué significa mi asiento en el último vagón del tren viajero, junto al canfín y los azafranes, cuantas monturas tiene la noche?

NO importa, cada día mueren miles de equilibristas y payasos que verdaderamente hacen reír, agonizan en las plazas el nigromante, el domador y el nochero, y elefantes, y domadores alcohólicos que temen las afueras de sus jaulas, y domesticadores de soledad…, La medida de mi amor es una rueda en el fondo del mar. Quiero a la dama disfrazada en su propio círculo de fuego, vestida en su traje ceremonial de mujer acostumbrada al camino, al saludo viajero; qué importa que después de su acto ella tampoco pueda rescatarme…