CARLOS CALERO


Traído a colación por
Adriano Corrales
Álvaro Torres-Crespo


Trae a colación a
María Amanda Rivas
Luissiana Naranjo
Luis Chaves


Vida y milagros
Nace en Masaya, Nicaragua, en el legendario barrio de Monimbó. Ha publicado cuatro libros de poesía: El humano oficio (2000) por el Centro Nicaragüense de Escritores; La costumbre del reflejo (2006), Paradojas de la mandíbula (2007), Arquitecturas de la sospecha (2008), estos tres últimos bajo del sello de Andrómeda Ediciones de San José, Costa Rica.


Carlos dixit
"El quehacer poético implica hacer y deshacer, fechar y sobrepasar la cronología del tiempo sin dejar de lado la memoria literaria. Es acto de audacia y continuidad a partir de la conciencia de lo ya hecho, para intentar descubrirse vanamente a sí mismo, pues somos el eco intertextual de la historia literaria; pero el asunto está que debe ser con lo inusual e inusitado de lo propuesto."


Poemas

VARIACIONES FLOTANTES EN RELACIÓN CON UNA PITAHAYA


I

Ojo del gozo seiscientas veces, presto, arisco, gracioso en iris y luz del dulce sopor gelatinoso, acuoso, bajo escamas femeninas del tiempo; paisaje uncido a la rama del cactus y edad prehispánica de lo salvaje;


II

ojo palabreado por la memoria entre roca y lluvias rojas, amarillas, lluvias dulces, espinosas, lluvias y más para el deseo.


III

Se levanta en óvulo cactáceo, sangra y adentra en la carne, se confunde; trepa cielo y baja femenina, desciende con nudo de espinoso misterio; baja y llega al insondable lenguaje, semántica y sabores de la saliva;


IV

se entrega como doncella desangrada por el amor que muerde, amor que toca, la deja intacta, consumida en asombros del aire mexicano, Colombia, Nicaragua, Venezuela, Vietnam (desde Nha Trang en el norte hasta la ciudad de Ho Chi Minh en el sur), Las Antillas, Bolivia, Ecuador, Perú…o huella en asombro americano;


V

alma remota y prehispana, sobre rocas, asciende al ojo felino y alto del sol que colorea, la ama, penetra con verde, blanco, amarillo y amoroso bermellón encarnado de ramajes en defensa femenina para no ser mancillada sin antes no defendida por la espina.


VI

Está atenta y promueve travesías, insinúa sabor del pubis, virgen misterio y escala el destello hasta el fatal pedúnculo que la llama “fruto del dragón” mientras vuela y se pierde en oscura noche de mar que cambia los paisajes y seduce sin olas celestiales;


VII

y está en Asia como reina con brácteas de corona que le salen de la carne.


VIII

¿Y la recreación del mundo? El amor fragoso, vegetal y metafísico.


IX

Acaso universo de semilla. Acaso dorso inefable del rojo, verde y amarillo. Acaso misterio de raíz en tierra y aéreo. Acaso única, universal la pitahaya dadora, central, espiga solar que se abre lúdica, amorosa, sujetada al vaivén de colores en el mosaico del sol, una y única vez con el milagro de la rareza, la pura redondez del planeta duplicado en el abismo del hambre y la belleza.


X

Pitaya, Pitajón, Yaurero y Warakko, idénticos en diversidad el nombre, en recreación para conocerla, llegar a ella y consagrarla, darle rostro de letras, rostro de palabra y sumergirse en el espeso oleaje del sabor y lengua enamorada de la pulpa milenaria.


XI

¿La consagración redonda y eterna del mundo? La pitahaya conoce y no lo dice mientras se abre con génesis de paisaje y tierra. Única y unidad en el misterio.


XII

El vivo reflejo crea ondas de hondas saboraciones.


XIII

El calendario promete junio, julio y agosto. Está viva, en penacho amarillo y espinas; mueve calcinación de espejo y aire bajo la lluvia, bajo escozor de espíritus grises que bajan de las colinas con cántaros de cielo;


XIV

ondula, baila, enamora y embruja solares que miden la pasión en los vasos y el hielo, con sabor a limón, vainilla y azúcares estivales, o miel del amor que libera soledad ruidosa y pájaros que le clavan los picos o roban su virginidad que no se repite si no regresa bajo la memoria.


XV

La pitahaya desata los secretos del sueño, amanece y abre su flor para tocar el mundo con viento frío y canciones de árboles que preludian.


XVI

La hostiga el sol y se va hacia adentro, se torna huraña, da la espalda cegadora y cierra su flor semejante a lo que ocurre con la novia defendida por el corazón, aire del verde y secretos del reflejo durante un siempre de la mañana, y variaciones flotantes en relación con una pitahaya.

(Tomado de Arquitecturas de la sospecha, 2008)






ESTRIBACIÓN DESCENDENTE HASTA EL OJO


I

Con la palabra, y descender nos empuja en estribación universalizada; nos lleva a lo óptico y local; nos hace oficiantes de especies escrutadoras, la multi-forma de la pesquisa y ángeles carnales del visor poetizado contra el caos.


II

En estribación fue origen la palabra.


III

Estos ojos purificados en vidrio y estribo del escribano que bracea hasta el ojo; hasta el destello y hueso o la carne del celeste paisaje con mansos reflejos en que ulularan espíritus y la nada; fue un oscuro poder con muerte y costumbre de evadir cielos y dejó el gen de la cabanga en la estridencia del mito y pie sosegado.


IV

Ojos de la inocencia, la servidumbre en paradojas, y oraciones costrosas en el altar del mercado.


V

Los ojos atrapados en desolación y culpa, tufo, piedra atravesada en el centro del recuerdo, tumor onírico con calle insomne, zaguanes y fantasmas en la punta del hueso que señaló mi noche a punto de marcharse;


VI

los ojos en el tenebrante país de los acólitos que usufructuaron cementerios, paredes y penumbras, donde el silencio gruñe cómplice, aferrado a la existencia del macabro porcino, y la infección de los intestinos nacionales.


VII

Los ojos bajo agua del aliento negro, incógnito, lapidario; del subterráneo labio y escarabajo escrutador que acumula catacumbas; ojos del vertedero y la memoria, la voz hilada y nervio insepulto, diestro en muertes exteriores mientras el alma se agolpa; los ojos del siempre, y voz infalible de la calavera.


VIII

Los ojos, a la distancia, con misterio del fauno, y potestad del agua, vertedero del tiempo y candiles; para escalar en la penumbra, en las multitudes, en detonaciones urbanas con gatos perseguidos; amores, sobresalto y la ira.


IX

El ojo todo lo mira, lo niega, lo pervierte, o salva; sepulta o llora para esperar juglares vivos;


X

ojo en la estribación y culpa, ese hedor a no ser lo que fuimos, infalible nostalgia (y no saber por qué sucedió de otra manera); ojo del anglosajón que mira fatuo la mesa de negociaciones, geografías, buitre y espejuelos para ocultar los demonios del alma que estilizan los ataúdes del espíritu.


XI

En la mesa la nada, el destino del sufrido. En el medio estribación y ojo que sacuden.


XII

El ojo siente la mañana demasiado tiniebla, demasiado bestiario, impudicia del recuerdo, tumor azul y manuales de la malicia;


XIII

el ojo en la nostalgia, ojo maligno y silencioso: ojo del último ojo que nos queda.

(Tomado de Arquitecturas de la sospecha, 2008)







NEOLIBERALISMO MATEMÁTICO

Inhumano negocio y el universo. Arte del engaño que se explica con el neoliberalismo matemático. Vuelve dato la inteligencia: uno más uno no da dos destinos, sino cosa o mercancía con anulación del otro: nuestras mujeres pobres miran y se aferran a la esperanza como ventanas rotas de metrópolis o abstienen darle amor al útero: no más niños; que la otra criatura no usurpe el patrimonio tenebroso de ser una tumba a costa de la otra. __Aunque así difundan y vendan nuestras patrias__. Pero al final de la historia el neoliberalismo se vuelve depredador en su propia matemática.

(Tomado de La costumbre del reflejo, 2006)