ÓSCAR LEIVA


Traído a colación por
Osvaldo Baldí


Trae a colación a
Leonardo Blanco Echeverri
Andrey Mesén
Rana Morada


Vida y milagros
Existencial, creyente de fuerzas místicas, fumador de hierbas, en medio del bien y del mal, ladrón bondadoso, dios de la locura y demás contradicciones mundanas.


Óscar dixit
"(...)"


Poemas

(Sin título)

te dejo un tirón que germina de autobuses,
te pareces a la ausencia...
Leonardo Blanco Echeverri



Últimamente me limito a hablar,
tan desproporcional esa lengua que delata
y descubre. Desde el último
encuentro conmigo mismo, las causas se justifican
de acuerdo a los hechos. Ahora te uso
como una especie de mantra, no sé si por amarte
o creerme eso.
Esa convicción empieza desde tu idea,
tu forma, tú mi Creación,
ahí apareces, tal como te quiero,
sin interrupciones,
besándote por el ilimitado cuarto
donde transpiramos.
¿Cómo renunciarme a tí?
Ahí apareces, cuando
la distancia se nos acaba
y son otras las distracciones
que suscitan a olvidar que fuimos.
Últimamente me limito a hablar claro,
prefiero reiterar,
ser el Ser que se existe y existiera,
dejándote,
en la cama que refleja tu cuerpo
e interpretarte quisiera,
por esas tierras fabricadas
en la alborada de esos senos tan míos,
como esos poemas siempre iguales en contenido.
Prefiero reiterar
y ya no ser el mismo,
disgustarme afuera...
          esperarte adentro.




EPITAFIO DE LO MISMO


Si decir es interiorizarte, quiero decir poco,
quiero vocalizar con mis manos
ese cuerpo de horas que se desgarran.
Reclamando el fruto,
quiero entrelazarme desnudo
por la abadía de tus piernas.
Si amar es significado,
santifícame con tu lástima,
que sólo quiero escucharte de agitaciones.




INSTANTE

Conocí a un perro
en la aproximación hacia la noche se encontraba.
Por su estado me pareció algo viejo y por lo tanto también sabio. No me equivoqué.
Dirigí mi mano hacia su cabeza,
la deslicé suave y lento sobre ella.
Él me miraba casi lejos
de esa mirada trascendental,
nunca he sentido ese frío placentero nuevamente.
Decidió acompañarme largo rato en ese silencio mutuo.
Sabía hablar traspasando largas edades en el confín de los ojos.

Él

     Primero los he visto malos
     y pronto desaparecen por los tumultos.
     Luego vuelven cansados y reflexionan
     en la tarde de la vida.
     Primero los he visto sucios y sin importancia,
     odiando, amando, tirando piedras a la vida,
     incluyéndome a mí, un viejo de otra especie.
     Luego ya en el ocaso
     vuelven su lástima a mí.
     Buen perro- piensan.

El instante acaba fugándose por la eternidad,
suele fugarse el pasado y el presente,
acaban siendo olvido.
Parece confundirse lo que es y no es,
la noche se mezcla de sonidos
y así se intensifican hasta que el sueño
arremeta contra sus víctimas
y agonizando mueran en él.

Conocí a un perro.

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