ALEJANDRO CORDERO


Traído a colación por
Adriano Corrales
Diego Mora
Juan Carlos Olivas
David Cruz
Guillermo Acuña
Esteban Ramírez


Trae a colación a
David Cruz
William Eduarte
Bernardo Corrales


Vida y milagrosSan José, Costa Rica. 1983. Obtuvo el primer lugar en la categoría Cuento, segundo lugar en categoría de Poesía y una mención de honor en la categoría de Ensayo del certamen literario Letra Joven 2001, y primer lugar en Cuento, segundo lugar en poesía del mismo certamen en el 2002, organizado por el Centro Costarricense de la Ciencia y la Cultura. Participó en el "Tercer Encuentro de Escritores Centroamericanos Pablo Antonio Cuadra In Memoriam" realizado en la ciudad de Managua, Nicaragua en marzo del 2002. Participó en el IV Encuentro de poetas Centroamericanos realizado en El Salvador en el 2003. Participó en el I Festival Internacional de Poesía de Granada, Nicaragua, en el 2005. Participó en el V Festival Internacional de Poesía de El Salvador, en el 2006. Es miembro fundador del Grupo Literario "Libertad Bajo palabra". Ha publicado Habitación del Olvido (Ediciones Andrómeda 2003).


Alejandro dixit
"(...)"


Poemas


CARTA A ALBERTINA AZÓCAR
(Quien fue novia de Pablo Neruda)

Nosotros, los de entonces, ya no somos los
mismos.
PABLO NERUDA


No pude detenerte
a pesar que mis súplicas son otras

¿Te habrá perdonado?

Yo no Albertina
aunque te lo haya dicho

Desde que te fuiste
miento a diario:
Me he sentenciado
a no escribirte

No lloraste Albertina

No tuviste misericordia
para dejarlo escribiendo
“los versos más tristes”
aquella noche

No te parecieron tan tristes

Solamente te sorprendió la palabra odio
y echaste a reír

“Será de otro” dijo Neruda
y tenía razón

Pero el poeta se equivoca Albertina
ése no fue el último dolor
ni serán los últimos versos

Para él la despedida nunca es una

Así que contoneate por las calles
de Valparaíso o Santiago
bailá en todos los bares de San Pedro
contemplá la madrugada en Cartago

Visitá a tus parientes
y que ellos también me olviden

Vos no sos eterna

Tu poema ni siquiera tiene nombre
tu poema es un número
el veinte Albertina
y nadie en él te reconoce

Saboreate esos besos
porque no aparecerán
en ninguna estrofa

Deshazte de las fotografías
arrancale las dedicatorias a mis libros
que no te sorprenda ningún biógrafo

Que no te tiemble la mano
cuando en la avanzada antipoética
te acariciés pensando en otro

Para vos el olvido es un baile de máscaras
una ronda de cerveza
y un auto fino

Para mí:
tu prenda en mi cama que envejece

Albertina
ya tus hijos no tendrán
nombres de poetas olvidados

No tendrás que recitarme nada
ni tendrás que esconderme en el armario

Calma Albertina
no sos la única

Vendrán otras artífices del abandono

Otras a quienes la poesía no les parece
suficiente oferta

predican el cambio de los tiempos

prefieren extranjeros
en aviones sin retorno

aprenden tecnología
para romances posmodernos

y se maquillan
para evitar sospechas

Pero también habrá otras noches Albertina

Insomnios en que pensaremos
en darle adjetivos a los versos

páginas trasnochadas
donde escribo tu nombre
como por despecho.






TEMPORADA DE HURACANES


I

Tienen nombres sencillos
María por ejemplo

No entienden de ritos o lenguajes
Lo revuelcan todo

Primero son tormentas tropicales
en las que se prueba su cabellera seductora

Siempre salvajes
siempre pasajeras

con la despedida dispuesta en los labios
capaz de desintegrarse sin meditarlo

Cómo predecir su trayectoria

Al margen del desastre avanzan contoneándose
y desplazan a otro terreno su ojo silencioso

Los huracanes
siempre han hallado la forma
de damnificarme.


II

Los tornados
luego de su orgásmico tránsito
se van a morir a otro golfo.


III

Desde el Trópico de Cáncer hasta el de Capricornio
saben de memoria la ruta de la miseria

Tienen su itinerario

Profanan todas las iglesias
levantan polvo de los ancestros
disparan al corazón del hambre

Se desplazan constantemente blindados
especulan mercadean firman

Los ciclones que visitan
cada cierto tiempo estas tierras
no dan aviso para prevenciones

Inundan pulperías
puentes semillas

Dejan a su marcha albergues deudas

Y un conteo de daños
Voto por voto.


IV

De década en década
cambian violentamente de ruta
en busca de democracia entubada en oleoductos

En ráfagas
llegan con tanques metrallas
y demás cobardía inteligente

Instalan sus canales de televisión
para que a todo color vía satélite
muestren como los vendavales
dan al suelo las estatuas y mezquitas

Los cadáveres sobrevivientes a las estadísticas
refugiados entre escombros
y sótanos de misil
son la única calma posible
luego de la tormenta
en el desierto.


V

En época seca
cuando las promesas quedan en el lente de la cámara
y las mazorcas se marchitan
y el pozo es una costra de piedra

esas manos
que desenterraron con furia
para solemnes volver a cubrir con tierra a sus muertos

construyen
una vez más
las arcas de los diluvios.






EPÍLOGO


Qué ninguna luz se abra paso por mis cortinas
burle la rendija de la puerta
o se filtre por los poros del comején

Ningún destello se acerque

Ni tan siquiera
aquel asombro tuyo
que un día afiló mis sombras

Déjenme a oscuras
escuchando al viento
rabioso
puntual

llevándose el faro a otra parte.

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